Lo recuerdo.
Recuerdo esa sensación de asfixia y placer, recuerdo la luz entrando por tu ventana, tus sábanas, mi contradicción interna al sentirme presa y a la vez libre, entregada.
Recuerdo que te corriste en mi garganta y no me dejaste apartarme por mucha fuerza que hice,
y finalmente dejar que pasara, tragarme mi orgullo y tu semen a la vez, recuerdo el orgasmo y querer golpearte por osado,
y a la vez el placer…
Vivo en una contradicción constante donde lo que siento y lo que pienso no convergen… o si.
Y ahora me colaría fugaz entre tus sábanas y me lo permitiría todo, sin limites, sin mente, sin contradicción.
Jugaría con tu placer extremo y con el mío, te arrancaría orgasmos múltiples y te entregaría los míos, en la intensidad de vida presente que a ambos nos pertenece sentir, descubriendo el infinito de sensaciones que habitan en cada uno.
Me encanta sentir cuando el cuerpo habla y se apagan las palabras, cuando la mente no puede librar batalla porque estalla de placer. Cada centímetro de mi ser es un templo que alberga la capacidad de expandirse cuando no necesita protegerse de nada.
Caer en el devenir de lo impredecible, sorprenderme, abrirme en canal y conquistar hasta las partes de mi que nunca quise reconocer, jodido camino ese y a la vez extraordinario.
Deseo colarme entre tus pliegues, puede que algún dia sin mas me aparezca fugaz, y me entregue al vuelo.
Por Rosa Libertad